Tombrad en InfoArica: Opiniones

02 junio 2006

El adelantado

No tuve la suerte de conocer personalmente a don Hugo Mozó, apenas coincidimos varias veces en actos públicos y seguramente intercambiamos un par de saludos. Una lástima porque se trataba de uno de los ariqueños más notables y ahora que se murió recuerdo las muchas anécdotas de su larga trayectoria en Arica, la ciudad de sus amores.

En los años ochentas, cuando estaba terminando mis estudios de ingeniería electrónica recién se empezaba a hablar del riego tecnificado, en esos años el Valle de Azapa se regaba a granel usando acequias y pozas, por lo que el agua apenas alcanzaba para cultivar unas pocas hectáreas al nivel casi de subsistencia. Cuando empecé a leer sobre las primeras experiencias en Israel de riego por goteo quedé maravilladon ¡esa era la solución para Arica, como nadie se atrevía a hacerlo!, anduve transmitiendo un par de años con el asunto y mi sueño era hacer mi tesis de grado sobre un sistema de riego tecnificado.

Por esa misma época don Hugo Mozó que era el más importante productor de aceitunas de Azapa, con plantaciones enormes para la época también debe haber leído sobre el asunto pero, a diferencia de mi el tenía la plata y los campos para llevar a cabo la idea. Yo siempre pensaba ir a conversar con el y ofrecerme para trabajar gratis en el proyecto, calro que nunca me atreví porque él era un tipo muy prominente y yo un muerto de hambre nomás.

Pasados los años me di cuenta de la suerte que tuve de haber sido tímido porque el asunto fue un fracaso estruendoso, que le costó a don Hugo una deuda inmensa y aunque se defendió bastante bien, al final poco a poco fue perdiendo sus tierras.

La idea era excelente, pero estaba adelantada a su tiempo: se copiaron los sistemas israelitas, que con fuerte subsidio estatal eran carísimos de implementar: grandes estanques para acumular el agua, fertilizantes e insectisidas y un complejísimo sistema controlado por los computadores de esa época -muy caros y primitivos- para hacer las mezclas exactas que regarían los cultivos. Peor todavía, con la tecnología de entonces los goteros se tapaban debido a la cantidad de minerales del agua ariqueña y al final todo el sistema era un desastre. Las personas sensatas movían la cabeza y decían "este Mozó se volvió loco".

Pasaron los años y la tecnología se fue adaptando: en lugar de los carísimos estanques se usaron las "piscinas australianas" que eran solo un hoyo cubierto con el polietileno más resistente que se había dearrollado, ya nadie usaba computadores y los fertilizantes y pesticidas se siguieron echando a mano: lo importante era el uso del agua, no los aditivos. Mejoró la calidad de los goteros y el costo del riego tecnificado "a la ariqueña" bajó enormemente por la simplificación y adaptaciones que permitieron las nuevas tecnologías.

Pero el pionero ya había perdido mucho y no volvió a levantarse, otros que vinieron después se aprovecharon de sus errores y no pagaron los costos de la curva del aprendizaje. Con razón el sabio consejo que escuché varias veces a Gabriel Abusleme nunca seas pionero.

Recuerdo que cuando vine por primera vez a Arica, en 1969 el todavía era consejero de la Junta de Adelanto y era generalmente considerado como una de las personas más inteligentes y valiosas de Arica, bueno, pasaron los años y la fortuna fue disminuyendo y muchos nuevos ricos empezaron a mirarlo por sobre el hombro. ¿Se han fijado que difícil es que respeten a alguien que no tiene plata?. Pasaron los años y el otrora inteligente se convirtió en "el loco", "el soñador", ¿es que junto con la plata se le desvaneció la inteligencia?

Claro que no, lo que pasa es que el fracaso económico no es socialmente aceptable. Nadie valora al que se arriesgó y fracasó. La gente común y corriente tiene una idea muy simplificada de las cosas; creen que si uno es inteligente y hace las cosas bien tendrá éxito y que los que son tontos y hacen las cosas mal fracasan. Ojalá fuera tan sencillo porque la vida real es mucho más complicada, se asemeja más a una ruleta que a un juego de ajedrez.

Pero son los adelantados, los audaces, como don Hugo Mozó Wegelin, los que van abriendo el camino por el que después se enriquecen los demás, como laboriosas y prudentes hormigas, las personas como don Hugo son "los imprescindibles" mientras que los prudentes, serios, pomposos tipos que se enriquecen a punta de cautela y trabajo metódico son mucho menos valiosos socialmente. Mi reconocimiento para don Hugo Mozó, el adelantado que quiso tanto a su ciudad y a quien tanto debemos, aunque pocos lo reconozcan.

Posted by Tomas Bradanovic :: 7:35 p. m. :: 0 Comments:

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