04 enero 2006
El mito de Arica ciudad seguraHe visto muchas veces en televisión y leído en los diarios que Arica está considerada como una de las ciudades más seguras y mejor preparadas del país en caso de desastres naturales tales como los terremotos o tsunamis y mi intención era escribir sobre eso. Sin embargo teniendo alguna idea sobre seguridad de infraestructura me he encontrado que nuestra ciudad está llena de riesgos, imprevisiones y negligencia ante un evento de esta clase.
Hemos tenido la suerte de gozar de un largo silencio sísmico por una parte y la mala suerte de que nuestros funcionarios públicos han tomado esta casualidad como ocasión para autoalabarse y hacer promoción gratuíta de sus personas en los medios creando la peor de las situaciones posibles en estos casos: la falsa sensación de seguridad.
Existen riesgos y negligencias evidentes, como la cantidad de rocas que quedaron a punto de desprenderse del Morro en el último gran temblor de 1987. En esos años dos comisiones de geólogos hicieron un informe cuyo destino se perdió en el tiempo, y en "La Estrella de Arica" de esos tiempos se publicó "nada se hará hasta el próximo mes de marzo, ya que primeramente -etapa en que se está en este instante- se llamó a propuesta para efectuar un estudio de los trabajos a realizar". Han pasado ¡dieciocho años! y todavía no se hace absolutamente nada, mientras las rocas se sostienen precariamente sobre la Avenida Costanera. Es cierto que una persona murió aplastada durante un temblor hace un año, pero era un indigente ¿a quien le importa?. Cierto que también las rocas casi matan a un jardinero no hace mucho, pero se trataba solo de un obrero. Por mientras siguen circulando vehículos tranquilamente por debajo de esta espada de Demócles de roca, esperando que muera gente más importante para tomar alguna iniciativa de solución.
Unos cuantos años atrás, cuando el suministro electrico de la ciudad pasó a manos de una nueva empresa distribuidora las obras estuvieron paralizadas debido a que la ordenanza municipal obliga a que los cables de muy alta tensión sean canalizados por vía subterranea. La empresa distribuidora reclamó que el costo iba a ser demasiado alto y finalmente ganó el lobby con el manoseado argumento de que "no se puede detener el progreso de la ciudad". Hoy el progreso de la ciudad está representado por peligrosísimos postes de cemento o madera, de más de 10 metros de altura que conducen cientos de miles de volts en medio de las calles y sobre las viviendas particulares. En cualquier lugar civilizado para esas alturas y esos niveles de tensión se usan torres, pero como vivimos en Arica, las empresas se las arreglaron para usar simples postes que sin duda se caerán sobre las calles, personas y casas en un terremoto lo suficientemente fuerte.
La Isla del Alacrán un fin de semana es la pesadilla para cualquier encargado de seguridad en caso de un terremoto o tsunami: miles de personas apiñadas en un lugar con un solo largo y estrecho acceso, estrechado aun más por mentes brillantes preocupadas de la estética de la ciudad. Toda esa gente anda en vehículo y la mayoría ha consumido alcohol ¿cual serían la reacción natural en caso de un fuerte temblor en esas circunstancias?. En todas las grandes catástrofes la mayoría de las muertes se produce por el apiñamiento en el momento de arrancar, no existe ni una sola señal, ni un instructivo público sobre como escapar del lugar en caso de emergencia, pero claro, esta lleno de pinturas e inútiles carteles que dicen "vía de escape" por donde obviamente todo el mundo va a escapar, con o sin los tontos carteles.
¿Han visto la explosión de un depósito de gas? hace poco ocurrió uno en Londres, afortunadamente ese lugar estaba convenientemente aislado pero acá en Arica tenemos el depósito de gas más importante de la ciudad justo enfrente del Liceo Comercial y a pocos metros del Junior College ¿es que a nadie le preocupa? ¿para que existen entonces las regulaciones y las oficinas de emergencia?
En Hawaii existe un sistema de sirenas que se prueba un día a la semana, todos la identifican y conocen su sonido, lo mismo ocurre en muchas ootras ciudades del mundo en riesgo de salidas de mar que son conscientes de ese riesgo y se preocupan. Acá las cosas se hicieron "a la manera ariqueña"; primero se compró una sirena que estuvo descompuesta durante años, luego se compraron otras nuevas y supùestamente se probaron una vez: nadie que yo conozca (y no es poca gente) ha escuchado jamás el sonido de la sirena y si mañana hubiese que usarla nadie que yo sepa sabría interpretar su sonido como una alarma de tsunami. Peor aún, entrevistaron por televisión a una alta autoridad de bomberos que declaró muy suelto de cuerpo que las alarmas no servían porque "si es un maremoto el temblor lo anuncia y si es un tsunami hay tiempo de avisar", con esta explosión de inteligencia y cultura de parte de una de las autoridades encargadas de nuestra seguridad, veo que en caso de apuro estamos perdisos, solo podemos confiar en nosotros mismos.
En fin, estos son unos pocos ejemplos de la negligencia con que se trata en la ciudad de Arica el tema de la seguridad ante un desastre natural, las falencias no son tan graves porque se podrían suplir con información adecuada, pero el problema mayor es la negligencia, ignorancia y descriterio de los encargados de velar por nuestra seguridad, gente que recibe un sueldo por ello y quienes son en definitiva el peor riesgo que tenemos, porque nos alimentan con su propaganda y la falsa sensación de seguridad y control que tratan de vendernos.

