Tombrad en InfoArica: Opiniones

02 diciembre 2005

La cultura de la basura

Se dice que la Playa La Lisera es sucia porque es la playa de los rotos, lo que no solo demuestra un clasismo insoportable sino que además es mentira. Bueno, no es mentira que se trate de una playa sucia sino que sea playa de rotos, vivo hace bastante tiempo allí y he podido ver que va gente de todas las clases sociales lo que me lleva a la inevitable conclusión de que somos sucios por cultura (o falta de ella) y no por estrato social.

Años atrás leía una carta muy buena en La estrella de Arica donde don Enrique Dvorquez contaba como al salir a correr por las mañanas por el exclusivo vecindario de Azapa se encontraba con montones de basura, pañales desechables y desperdicios de toda clase tirados frente a las encopetadas parcelas. Nada raro, unos cuantos días atrás en las puertas de un edificio del barrio de La Lisera vi como se amontonaban las basuras entre una nube de moscas, y no era el único basural de la cuadra, casí enfrente de cada casa había uno igual.

Es la cultura de la basura, de la que no estamos conscientes porque nacimos y crecimos en medio de ella. Para el año nuevo invité a unos amigos extranjeros y armamos una cena en el patio, al final encendimos unos puros y mis amigos se empezaron a poner nerviosos porque no encontraban cenicero "'¡pero que importa!" decía yo "¡estamos en el patio, mañana se barre y ya!" pero no hubo caso, hubo que buscarles un cenicero. Era un asunto de principios.

Porque la basura no nos molesta, estamos condicionados a soportarla y de una manera muy chilena nos encanta despotricar contra "los cochinos" sin darnos cuenta que nosotros mismos normalmente lo somos. Cuando un chileno ve que otro bota una cáscara de plátano al suelo no la recoge,se limita a insultarlo o a mandar un reclamo al diario.

La cultura de la basura está tan dentro nuestro que ni nos damos cuenta y es la explicación de por qué no funcionaron los grandes contenedores que se pusieron en todo Arica; mientras los vecinos iban llenando los contenedores en cualquier día y hora el propio servicio de recolección siguió funcionando sin lógica ni regularidad. Así se enfrentan como enemigos quienes debiesen trabajar en armonía y se recriminan mutuamente, al final nadie se siente reponsable, la culpa como siempre la tiene el otro.

Ya que somos tan buenos para adoptar modas extranjeras bien podríamos imitar en eso a europeos y norteamericanos que, en general suelen tener un condicionamiento casi instintivo en contra de tirar basura. Esto parte de las escuelas donde se hacen fiestas para recoger basura; profesores, directivos y autoridades de la ciudad se ponen en mangas de camisa a recoger los desperdicios. Pero dudo que lleguemos algún día a eso, las propias escuelas son lugares tan lúgubres y a menudo sucios que más bien es allí donde comenzamos a acostumbrarnos a la mugre, a tirar las cosas al suelo y esperar que otro las recoja.

Pero la basura no es solo mugre tirada en el suelo, también son los graffitis que ensucian las paredes, esa moda si que tuvo éxito en Chile, va perfectamente con nuestra idiosincracia ¿como nos puede extrañar que la ciudad este llena de graffitis si la propia Municipalidad se dedica a pintar "MANTENGAMOS LA CIUDAD LIMPIA" o ingenuos "pensamientos" con enormes letras negras en los muros de la ciudad?. No me imagino esa clase de graffitis "institucionales" en Reñaca, Pucón o cualquier otro lugar turístico medianamente civilizado, estas joyitas solo nos recuerdan lo cerca que estamos del Perú, para bien y para mal.

Bueno, es nuestra cultura de la basura y supongo que tendremos que vivir mucho tiempo más con ella. Pero conversando con unos amigos alemanes avecindados en la ciudad me decían que algo que le falta a gritos a la ciudad es la cultura de la sombra. Cuando la Municipalidad plantó miles de palmeras tropicales, tal vez con la ingenua intención de convertir a Arica en "el Miami chileno" muchos -me incluyo- nos alegramos y aplaudimos la idea. Al final fue un error, resulta que no somos Miami y nuestro clima es especialmente hostil para esas palmeras que después de un par de años y miles de hectólitros de agua desperdiciados están mustias cuando no completamente secas.

Es nuestra manía de querer parecer lo que no somos, porque en Arica se dan como maleza arboles y arbustos espectaculares como el ficus, gomeros, pimientos, coronas del inca, bugambilias pero preferimos colocar las inútiles palmeras que ni siquiera dan sombra en una ciudad sometida a intensa radiación solar todo.el año Viendo la maqueta del nuevo parque Vicuña Mackena me doy cuenta que lamentablemente seguimos por el mismo camino de arruinar nuestras plazas y espacios públicos quitandoles todo rastro de identidad, estilo y color local. Ojalá algún día llegásemos a adquirir la cultura de la sombra, que se plantaran árboles de buen follaje en nuestras calles y que cada vecino cuidara "su" arbol como cosa propia.

Posted by Tomas Bradanovic :: 2:06 p. m. :: 0 Comments:

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